¿Sabía usted que ser docente está
clasificada como una de las profesiones en las que somos más propensos a sufrir
un trastorno llamado "Síndrome del Quemado”?
Al igual que a sufrir algún
tipo de trastorno de ansiedad? Sepan
mis queridos compañeros que esto se debe en gran parte, El exceso de trabajo y
la falta de tiempo para preparar las clases, las situaciones de tensión que
pueden surgir con compañeros, alumnos y familias, o las clases conflictivas
pueden llevar a los docentes a situaciones de
presión y nerviosismo.
Otro factor importante, que
debemos tomar en cuenta es si el docente tiene una predisposición genética a
sufrir algún tipo de ansiedad y muchas veces se activa ante una situación puntual
de discusión o de agresión dentro del ámbito escolar y que desencadena este
trastorno.
¿Pero que es el Síndrome del
Quemado? Es un tipo de estrés laboral
que afecta preferentemente a las profesiones caracterizadas por el contacto con
personas, como lo son, la docencia, la medicina, la psicología, entre otras. Estos
profesionales se esfuerzan demasiado y de forma continua en el tiempo, lo que
origina muchos riesgos de contraer enfermedades, los cuales afectan,
paradójicamente, su rendimiento laboral y su calidad de vida. Otros tipos de trastornos también comunes
en estas áreas son los trastornos de pánico y trastorno por ansiedad
generalizada, entre otros.
Cuando un maestro sufre de estrés,
el nerviosismo que presenta se percibe automáticamente en el aula y lo perciben
sus alumnos, haciendo que se porten peor, creándole mucho más estrés al docente. Por eso es super importante que, para poder
comunicarte con tus estudiantes, apoyarlos y acompañarlos tu debes estar bien y
sentirte bien.
Pero como lo combatimos, simple
con auto control. Este es un término que recientemente
fue aceptado por la
Real Academia Española (RAE).
Se trata de un concepto que hace
referencia al control de los propios impulsos y reacciones,
y que
supone una serie de técnicas de relajación. El autocontrol podría definirse como la capacidad consciente de
regular los impulsos de manera voluntaria, con el objetivo de alcanzar un mayor
equilibrio personal y relacional. Una
persona con autocontrol puede
manejar sus emociones y regular su comportamiento.
Los especialistas en técnicas de autocontrol
recomiendan, siempre que sea posible, no forzar el cuerpo ni la
mente. Cuando un individuo está relajado, sereno y descansado, se encuentra en
mejores condiciones para enfrentar las dificultades.
Por otra parte, el autocontrol necesita del diálogo sereno, para
evitar que la confrontación derive en situaciones de violencia emocional o
hasta física. A continuación, te daré 6 tips que me suministro
una amiga que le ayudaran a recuperar el control y a evitar ese Síndrome del
Quemado y a tener bienestar laboral y emocional.
- Toma las riendas de los conflictos. Un
alumno o un grupo que genera enfrentamientos diarios amenaza la disciplina y
rompe la estabilidad de la clase, creando un clima muy complicado para el
docente. Por eso, la gestión y manejo de los conflictos en el aula es uno de
los caminos más importantes para reducir el estrés diario del profesorado.
- Trabaja tus habilidades comunicativas. Una
buena comunicación es esencial para transmitir lo mensajes adecuados a los
alumnos, familias o compañeros, a través de palabras y también a través de gestos, posturas y todo lo que implica la comunicación no verbal. Comunicarse
correctamente previene el estrés y minimiza sus efectos. Trabajar la
asertividad puede ser una excelente herramienta para lograrlo.
- Concéntrate en aquello que te gusta hacer. Las
emociones y sensaciones positivas nos ayudan a sentirnos mejor y, aunque en
ocasiones los problemas nos agobien, hay que buscar siempre un espacio para la
diversión y la felicidad de las pequeñas cosas. Recuerda todas las
satisfacciones de la docencia que a veces se te olvidan: esos alumnos que te
enseñaron tanto, las clases que te apasionó dar, esa actividad que resultó un
éxito, la gratitud de aquellos padres, aquel trabajo preparado con tanta
ilusión con tus compañeros. Además, los
expertos recomiendan hacer una lista de actividades concretas con las que
disfrutas, tanto las relacionadas con la preparación o el desarrollo de las
clases como las que realizas en tu tiempo libre. Y,después, aconsejan que
trates de hacer al menos una de ellas cada día.
- Establece metas. El día a día a
veces no deja ver el presente y el futuro en perspectiva, pero es importante
que encuentres tiempo para definir tus objetivos a medio y largo plazo. No se
trata solo de que anotes lo que quieres hacer en clase la siguiente semana o la
parte del temario que tratarás en los próximos dos meses, sino también los
grandes objetivos que quieres conseguir con tus alumnos, la meta hacia la que
quieres que se dirija tu trayectoria laboral, tu idea de hacia dónde quieres
que discurra tu vida o cómo te ves dentro de cinco años. Planificar te ayudará
a controlar tu trabajo y tu propia vida y evitar en la medida de lo posible la
sobrecarga y el agobio.
- Afronta los problemas. Analiza lo
que te preocupa, las personas o situaciones con las que tienes problemas, los
retos concretos que te generan estrés o sufrimiento y decide cómo puedes
solucionar cada uno de ellos: rechazarlo, aceptarlo o cambiarlo. Una vez
establecida la estrategia, comprométete con ella y, si no estás contento con
algo actúa en consecuencia.
- Pon en práctica el mindfulness. Otra
de las causas del estrés es la rapidez que inunda nuestra vida cotidiana y la
falta de tiempo para ser realmente conscientes de nosotros mismos y del mundo
que nos rodea. La atención plena o mindfulness es una actitud ante la
vida que busca experimentar cada momento y retomar ese contacto con nuestro
interior y nuestro exterior. Para ello, basta con comenzar dedicando un rato al
día a saborear la vida, a fijarnos en lo que sentimos y lo que tenemos a
nuestro alrededor, a parar, respirar y observar.